El huerto como terapia para personas mayores
Mantener un pequeño huerto es una actividad más que recomendable para los centros de día y residencias de mayores. Se trata de una alternativa lúdica que mejora el estado físico, psíquico, cognitivo y social de los usuarios. La hortoterapia, es decir, el uso de la horticultura con fines terapéuticos, tiene muchos efectos positivos:
- Responsabilidad: Aumenta la autoestima y la autonomía.
- Reduce el estrés y la depresión: No sólo por realizar una actividad física, sino también por el contacto directo con la naturaleza.
- Fomenta las relaciones sociales: Aquellas personas que vivieron en zonas rurales (en la niñez o etapa adulta) pueden asesorar a otros usuarios que nunca habían tenido un contacto directo con la agricultura.
- Fortalece la memoria: El tener que estar pendiente de si crecen o no los productos, cuándo hay que plantarlos, regarlos… es un ejercicio de memoria muy bueno. Los que tuvieron un contacto directo con el campo en otras etapas de su vida harán el esfuerzo de recordar cómo hacían ellos esas tareas y algunos trucos para conseguir mejorar las cosechas.
- Fomentan una alimentación saludable: Siempre apetece más comerse las judías o tomates que ha cultivado uno mismo.
Si no disponemos de espacios exteriores se puede compensar esa limitación espacial conjardineras o maceteros y colocarlos en salones y pasillos (siempre respetando las normas de seguridad).
Desde masquemayores.com te animamos a usar la hortoterapia como una actividad más para mantener a los mayores activos, fomentar su autonomía y, al mismo tiempo, su calidad de vida.